

Hoy recorrí por segunda vez la exposición “El hielo que nos quema” del Artista visual Julio Ibacache. Esta vez lo hice con estudiantes de séptimo básico del colegio de Artes de Ovalle.
En éste recorrido, le solicité a los estudiantes seguir ciertos pasos como espectadores, lo que me permitió también a mí, sentir con mayor profundidad mi propia interacción con lo que estábamos observando. En primer lugar llamó su atención, cómo el artista presentaba ciertos elementos “inusuales” como piezas de arte. Elementos inusuales, pero reconocibles para ellos pues los habían visto antes en nuestro entorno. Pusieron atención en los materiales y fue así como salieron de ellos palabras como “el paso del tiempo”, “los lugares y objetos que reconocemos”, como el cuero de una cabra, el carbón, las ramas secas de los árboles, la greda, entre otros elementos que estaban presentados de manera poética en las paredes de la Galería. Todo lo anterior, nos permitió conversar, pues estaba muy de la mano con lo que en las clases de Pintura estábamos viendo sobre arte contemporáneo. Los estudiantes pudieron presenciar una exposición donde distintos objetos que comúnmente pasan desapercibidos, se transforman en piezas de arte, lo que permite dialogar con quién lo observa. Permitiendo además, desde mi punto de vista, agregar profundidad y significado a las obras, ya que nos conecta con la exposición de manera más emocional y reflexiva.
De vuelta ya en el colegio, en la sala de Cerámica estaba el artista creador de la exposición, “El hielo que nos quema”, el docente de artes Julio Ibacache. Junto a él una estudiante, Anita. Y Anita mientras hacía su escultura de greda, me saluda y me pregunta ¿Profesora le gustó? ¿Recomienda la exposición del profesor?, absolutamente la recomiendo, le dije.
Y la verdad no sólo recomendaría visitarla a profesores y estudiantes, todos deberían hacer un espacio en su día y permitirse un diálogo interno, con la obra o con quien nos acompañe a verla.
Sandra Castillo A. “Atmosferica”